Sal fuera

Grita y maltrata la puerta. Di a la nada todo lo que te duele y te molesta. Cuándo empiezes a cansarte y tus últimas palabras ganen el sentido inverso, dándote cuenta de que tienes tu la culpa, llora. Y arrepiéntete. Pero para entonces ya habrás llevado las cosas a su límite. Y no será fácil su perdón. Ni siquiera te sabrá bien pedirlo... y te dolerá... mucho. Y puede que ni lo acepte. Y puede que además de no aceptarlo te rechace a tí en conjunto. Puede y lo hará aunque ahora suene triste. Y esa puerta que cerraste para salir no volverá a abrirse. La llave que te dan solo la alcanzarías si te arrancases la piel para ello. Da igual, al otro lado está la realidad, y por mucho que te ahogues en este mundo ficticio, nadie lo verá porque es sólo tuyo. Qué pena...
¿Cuándo oculto mejor mis sentimientos? ¿Al escribir o al hablar? Al escribir, claro...
Pero... ¿Cuándo los muestro mejor? ...Al escribir...
Cada día descubro un cachito más de mí y oculto otra parte de mí... hay tanto por encontrar...
Buenas Noches, Shaisha.