Niebla

Anoche, al llegar a mi portal, la niebla que se atrincheraba en mi plaza me sorprendió al ocultar los destellos de las lámparas que daban luz en los hogares de mi barrio. Pensé lo tenebroso que sería el colegio visto desde el pie de las escaleras, en el ángulo más inclinado, dónde se puede captar el cielo nocturno más oscuro de la zona. Donde la apariencias nos confunden y los castillos de la docencia son prisiones de asesinos a sueldo. Pensé en todo lo que me transmitía, pues era tan espesa y tan poco frecuente que me llamaba la atención enormemente. Me imaginé algunas de mis historias con esa niebla, recorde pasajes de libros, pensé que no estaría mal volver a verla... Y es curioso que la niebla me embriague tanto. Supongo que es porque la asocio a las apariencias y a la noche, temas que siempre me han llamado la atención.

El viernes mi profesor de lengua castellana habló de la inteligencia emocional. Me sentía identificada con muchas cosas de las que dijo, como aquello de que la gente con gran inteligencia emocional se dedica a observar a la gente y aprender. Siempre me ha gustado hacerlo, se aprende muchísimo de los demás. Gracias a ello he hecho muchos amigos a lo largo de mi vida. Hay quien dice que para tener muchos amigos y conocer muchos tipos de personas se debe ser un hipócrita que cambia de cara según la circustancia. Yo soy la prueba de que no es así, porque siempre he confiado en el respeto de la gente para mostrarme tal y como soy. A veces pienso que tener muchos amigos es bueno porque tienes mucho apoyo, otras que es malo porque no soy cercana a ninguno al tener que repartirme, otras que no sirve para nada si no hay alguien especial con quien compartir lo más importante de mi día a día, pero en difinitiva trato de pensar que hay personas para las que significo tanto como ellas a mí y por ello vale la pena seguir como estoy.
Buenas tardes, Shaisha.