Tristes ojos

He estado leyendo ese libro de filosofía que debemos leer para clase llamado "Martes con mi viejo profesor" mientras esperaba al friki de bleach para ir a San Ignacio, donde llevamos a cabo un proyecto de educación social. Pasada la media hora no ha aparecido y me he vuelto a casa por no ir sola. Al fin y al cabo me duele mucho la espalda y no estoy muy animada, además de que tenía que ducharme y estudiar economía. Así que me he sentado aquí a repasar las webs de siempre, esperar en el msn y holgazanear. He puesto una lámpara a mis pies, con un espejo a su lado y mis zapatillas tiradas. Delante de mí están la funda del móvil, el móvil, una pila de libros pendientes, un cepillo, un secador, la espuma y una goma de pelo. Al otro lado de el suelo sólo hay sombras que abrigan el frío rincón de la puerta. Y ya es de noche ahí fuera, pero para mí es esa hora del día indeterminada, aleatoría, sin sentido ni exactitud que hace que me adormile y me sienta como un reloj que se retrasa.
Tic-tac! Tic-tac! Las horas se están escapando...
Y mi mirada queda reflejada en el espejo, con mis tristes ojos y mi cansancio a la vista. Porque me he dado cuenta de que en todas mis fotos mi mirada parece triste, menos cuando hipócritamente sonrío en las fotos que hay que salir fábulosísima junto a la guapa de turno(hace tiempo que no me hago de esas). Pero en fin, mis ojos son tristes y mis días cansados. Así pasará el tiempo...
Buenas tardes, Shaisha.