El camino

Frío, distante... él se aleja de mi vida de mi mente por ese oscuro camino que a todos nos entristece, ese camino hacia el olvido donde los secretos se pierden distraídos... ese camino... de sueños rotos entre espinos, de sentimientos inciertos entre hipocresía y maldad, los espinos de los complejos, de la inseguridad. Camino difícil para los que buscan entre los pensamientos y se cierran en sus malos recuerdos. Árboles de decepciones que estiran sus ramas anhelando alcanzar lo inalcanzable... ese cielo de la comprensión y el respeto. Nunca me alejaré con él, es un camino solitario. Esta es mi senda, donde juegan los sentidos y varían mi ánimo. Debe respetarla si ha elegido tal destino... El destino del mentiroso inconfesable, de las caricias acuchilladoras, el destino de la infidelidad y la renuncia de los ideales. El mal camino... donde los peces se ahogan y se convence al pájaro de que no puede volar. Donde el mejor cae y el peor lo pisa. Todo ocurre en ese sendero... la oscuridad le rodea, le asfixia y él... él agoniza deseando ser él mismo. Pero está convencido de que es una mala persona. Que todo lo que siente y lo que le hacen creer es real. Tanto miedo, que tememos hasta lo que antes nos daba seguridad. Miedo a la pérdida y a perder, miedo a expresarse y herir, a quedar vedado de palabra, a morir o a malvivir, a decepcionar y fracasar, miedo a la soledad, al desamor y al sufrimiento. Miedo al miedo. Cuando el camino se estreche, para presionarle aún más, olvidará las piedras con las que tropezó, las veces que le llamaron, las manos que le tendieron. Pero si lo acaba sin haber llegado al final, porque se desvía, porque encuentra que esa no es su senda, recordará agriamente este pasaje y dulcemente las ventanas que se abrieron en su alma.