Como dos tortolitos

Bajas la guardia y te ataca, es como un virus. No lo quieres, piensas que no va a encontrarte y ahí viene, acechando, como riéndose de tí. Te cambia la forma de ser, tu estado de ánimo y la forma en la que ves tu entorno. Es una droga, difícil de dejar, fácil de recaer y de alto precio. Te persigue o lo persigues y cuando está en tí, no consigues ver si alguien también lo tiene en sí. En fin así es el amor... se hecha de menos cuando no se tiene, aunque haya quienes pensamos que no es tan necesario(Y al final si que lo es).
¿Y detrás? No hay más, no lo busques que no lo encontrarás. Cuando se acaba, se apaga la llama aunque el fuego encendido en un ayer, perdure a pesar de el viento. No esperes un después, pues quizás nunca vuelva... sólo espera que él te encuentre a tí, y por supuesto, que puedas dejar que entre en tí. Sabrás hacerlo, o eso espero, porque no todos creemos en el amor después de haber amado, o simplemente, exigimos demasiado. No siempre lo que buscamos es lo que encontramos, o lo que nos encuentra. Tenlo presente. Besitos, Shaisha.