Sueño

"¡Hoy es el día, todo esta listo!" Se oye gritar por los pasillos combinándose su sonido con unos rápidos pasos propios de la reina Roja "¡Hoy es el día de tu viaje!". Despierto entre bostezos y respondo suavemente: "Ya voy, mamá".
He sido destinada a viajar a las islas Truefaith como princesa de la isla Roja. El nombre de la isla en la que vivo, como no, fue elegido por La Reina Roja, mi madre. Truefaith, nombrada así por mí, será mi tierra a gobernar. El barco está preparado para zarpar y todas mis pertenencias reales están abordo. "¡Corre Alicia!". "¡Se te enfriará el desayuno!". Mamá está nerviosa.
A pesar de los gritos y las prisas, mi ritmo no se acelera y me dirijo al comedor como de costumbre. Cojo un par de tostadas mientras bebo algo de zumo y con mi bolso de mano mal agarrado salgo de casa. Mi madre ya ha salido al puerto, corriendo como no, con un pañuelito blanco. "¡No hay prisa!" le digo, pero ella hace caso omiso mientras me hace señas. Nuestro castillo está al lado de la playa, ya que nuestras tierras nunca experimentaron una guerra y no ha sido necesario proteger el terreno. Mi madre me despide entre lágrimas de emoción.
Una vez en el barco, espero las dos horas de viaje sentada leyendo novelas que llegaron del extranjero años atrás. Es un barco muy rápido a pesar de su tamaño y estas características se deben a una aleación de metales imantados que gracias a la gravedad son impulsados por el mar. Sin agua este movimiento sería imposible, pues sería incontrolable.
Al llegar a la isla, el barco se detiene en la playa y todos mis nuevos súbditos que vienen a poblar mis tierras se dispersan para ocupar la fortaleza que acapara casi toda la ínsula. La fortaleza es un montón de viejas estructuras que han sobrevivido al tiempo, y parece estar en ruinas a simple vista. Es gigantesca, construida con rocas y totalmente abrazada por las trepaderas.
Este es mi nuevo mundo...
Hasta otra, Shaisha.