El camino II

Cálido, cercano... un nuevo Él está conmigo ahora. Caminamos juntos en la más absoluta calma. No hay piedras, ni tierra removida, ni tristeza, ni vendas en los ojos (o puede que si). No hay dolor pero tampoco huída fácil. Las sonrisas se compran en cada esquina tras los puestos de caricias. Los árboles extienden sus ramas con la esperanza de alcanzar tocar el sol, su amor platónico, y no desisten pues son fuertes y el amor les mantiene. Este es el camino de los sueños cumplidos y por cumplir, de la esperanza y el vivir. Es el camino que yo decidí seguir, mientras perseguía sentimientos sinceros, amores y tequieros. Camino peligroso cuando acechan las dudas, pero estas son vencidas cuando los enamorados les plantan cara. El sol brilla y la gente descansa porque pueden pararse a oler las flores. El valor se regala y la fortaleza nos acompaña. El miedo ya no es excusa para llorar, sólo hay lágrimas de felicidad. Ellos envidiarán a quien encuentre este camino pues es el camino del que se arriesga aunque el final sea un abismo para él. Si caigo, él me ayudará a levantarme, y si cae él lo mismo haré. Cuando la tormenta amenazara un abrazo bastaría para protegernos en esta vía y así ningún rayo marchitaría las raíces que de nuestros besos crecieron. Este es el camino que buscaba, y al fin he encontrado.

Si ya no publico a menudo es porque mis días no requieren gritar para desahogarme o escribir para desintoxicarme. Las montañas rusas pasaron, los miedos me temen a mí y mis días solo son tiempo que dedicar a amar y crecer. Hoy sonrío y no quiero dejar de hacerlo.
Nos vemos, Shaisha.