Admirable.

Hoy lloré y no fue por algo que me pasaba, sino por algo que le había pasado a una amiga. Sé que soy emotiva, pero lo he llevado a el extremo de ponerme a llorar al tiempo que contaba lo mal que lo había pasado, al ver sus lágrimas negras descender por sus mejillas aclarando sus ojos. Sentí tal dolor dentro de mí que simplemente el recordarlo hace que mis lacrimales se activen. Me duele, y mucho. La maldad en la gente... son tan crueles... y tan ciegos. Úlitmamente lo único que veo es gente ciega, puede que hasta yo lo esté un poco pero veo más allá que mucha gente. El no ver los sentimientos de los demás pensar que no les dolerá, pues no les conocemos o no hablamos con ellos o simplemente no nos gusta. Todos tenemos sentimientos y todos sentimos lo mismo en menor o mayor medida. Y no nos gusta el dolor o la pena, la humillación o la inseguridad. Antes de madurar buscamos la felicidad en uno mismo, en la popularidad en el dolor ajeno, maldad sin tregua. Después de la madurez la buscamos en los demás, en la felicidad de la gente de tu alrededor y, por qué no, en la bondad sin medida aveces. Hay veces que se es tan ciego que aunque una persona diga un te quiero notablemente demostrado no lo vemos... los enfados o la desconfianza nublan la vista. Y por ello hoy me siento bien, pues he encontrado la felicidad de los demás en mi grupo, y creo que se nos podría hasta envidiar pues tenemos la capacidad de ver con el corazón y no con los ojos, y así aceptar a las personas por cómo son y no por cómo se ven. Buenas noches Shaisha.