17 mayo 2009

La línea

Hay una pugna, entre mi orgullo y mi vanidad.
Pero no caigo en la soberbia, no me gusta tal idea.
Cuando sobresalgo, me encanta sobresalir.
Y puedo admitir mi derrota con humildad.
Pero me cuesta mucho, la verdad.
No busco la adulación, sino la superación.
Pero no puedo evitar alardear de lo que hago.
Seguramente, sólo es un orgullo venenoso.
Pero parece que ese alarde busca la diferencia.
No pretendo echarle en cara nada a nadie.
Y aun así, lo hago.
Me encantaría hallar la razón de este comportamiento.

Y vuelvo al pensamiento de siempre.
Salirme de la línea, no ser como los demás.
Eso de diferenciarme, vamos.
Pero me empiezo a pasar de la raya.
Este orgullo venenoso, me está pudriendo.
Y el mal humor que llevo a veces...
...acaba por llevarme a mí.
No me gusta estar enfadada con todo y todos.
Ver el lado negativo de cada afirmación.
Me entristece este mal trato.
...en fin.

Buenas noches, Shaisha.