14 octubre 2010

Ni una semana

:O
Tengo tantas cosas que decir y es tan minúscula la necesidad de contárselas al mundo. Lo que si tengo es ganas de escribir, y para ello me gusta mi rinconcito. Es bastante cómodo. Pondría algún cojincillo dibujado en mi página pero sobreviviré.

Y hoy me apetece hablar de todo lo que me sorprende y apasiona. Porque soy muy enamoradiza de aquello que realmente me gusta. Y es muy fácil encontrarme embriagada por las nubes en el cielo o por las palabras de una desconocida desesperada por el amor. Las emociones son acojonantes.

Y hablando de emociones, también me sorprende y me da rabia el descontrol que suponen. Más específicamente, que llore a la mínima que algo me parece triste, especialmente con la regla y sea consciente de lo imbécil que me parezco es algo que hasta me molesta. Eso de no controlar lo que siento me asusta. Es la esencia del ser humano, su aleatoriedad tan imposible de medir al 100% por las ciencias. En fin que no me hace gracia que la parte emocional de mi cerebro sea tan poderosa cuando mi parte racional es una tirana de normal.

Pero que le vamos a hacer, como miles de veces he dicho la empatía no ayuda. Y esque esa es la gran diferencia entre quien siente con humanidad y quien no es más que un animal. Sentimos pena incluso por lo inanimado y carente de significado. No se si quejarme de mi cerebro emocional o de mi cerebro racional. Arf.

Buenas noches, Shaisha. Creo que es la entrada que más rápido he escrito ever.

08 octubre 2010

Es Otoño

Y parece que no hubo Verano. Llegará, pero no llega, y el pensamiento vuela.

Visto de palabras para andar, camino sin prisa pero con buen pasar. No me dejo nada atrás.
Fue dulce el calor, los recuerdos llenan las paredes y el suelo conserva su tibieza.
Cuando no camino, dejo las palabras en el armario y descanso en este suave suelo.
Busco lo bello, lo justo, lo bueno. ¿Alguien lo ha visto? Si la respuesta es no, que camine conmigo.
Si ya lo has visto, felicidades amigo. Cada día lo persigo.
Amo con intensidad. Desbordo. Eso es, desbordo.
No me detengo ante lo perfecto, pasmada. Porque las palabras de mi abrigo cambian según camino.
Algunas desbordan, otras las regalo; algunas caen y las pierdo.
Pero no pierdo el tiempo, pues el tiempo está siempre conmigo.

Buenas noches.