21 julio 2009

No sé dormir

Aunque sé soñar. Y sueño mucho, pero no duermo bien. Sueño con miles de escenarios sobre los que hablar, mundos en los que ambientar, historias que contar. Y entonces me despierto, muy cansada. Shaisha no deja de pasearse por ese mundo imaginario y no se da un respiro. Incluso estando despierta, me encuentro con mi pequeña volando sobre los pensamientos que le brinda esta mente mía. Demasiado inquieta, ávida. Acaparando emociones e ilusiones. Absorviendo cada amargo pasaje que observa. Empiezo a entender que sus deseos escapan a mi control.
¿Podría estar creciendo? No lo creo, esa es ardua tarea, y creo que aún queda lejos tal cosa. Desde luego que no deja de evolucionar, claro, pero no es ese el caso. Puede que mi atenta mirada no la deje pensar por si misma, que le impida hacerse valer. Que no deje de buscar elementos con los que completar su imaginario. Pensé que trataba de llamar mi atención, pero solo trasteaba dentro de los márgenes que le imponía. Libre sí, pero con grilletes.
No se si podré tirar estas barreras, pero trataré de aprender a dormir. Quizá esa sea la solución.
Buenas noches, Shaisha.