Toc, toc.
Este techo está muy bajo... me golpeo con él si me levanto. Creo que prefiero quedarme aquí, sentada. O puede que me tumbe. Es curioso, esta cajita de cristal es del tamaño de una lápida, aunque algo más alta. Y veo todo a mi alrededor, pero hago "toc, toc"y nadie me oye. Yo veo pero no oigo. No entiendo. No puedo. Y todo está fuera de aquí, pero alcanzo a penas una leve sonrrisa. Una sonrrisa que se me escapa y que llora porque no sabe qué sentido tiene. Y que al estar sola, en mi intimidad, me hace agonizar llenándome de dudas. Y me oprime la garganta. Y me enfado conmigo misma. Porque no puedo comprender nada. No entiendo qué ocurre porque nada lo está provocando. O puede que no alcance a verlo... desde aquí mi cajita de cristal. Soy una bailarina de joyero, afligida en su cajita cerrada. Tengo tantísimo miedo. A todo. Si quebrase estos cristales podría cortarme, si me levanto me podría golpear contra la tapa de mi caja. Y estoy, y soy... pero acaba hoy y no sé si he estado o he sido. ¿Dónde me he perdido?